La calidad sanitaria de un país mejora por muchas causas pero sobre todas, la más importante, es una correcta e independiente información a los ciudadanos. Las vacunas son seguras, efectivas y muy convenientes. Estos son los datos: con la variante delta dominante en España la gente no vacunada tiene 8 veces más posibilidades de infectarse, 41 veces más de ingresar en un hospital y 57 veces más de morir por complicaciones del Covid en comparación con aquellos con vacunación completa.

La situación en España y en Cantabria es muy positiva, particularmente por el nivel tan elevado de vacunación, y la incidencia en España está ya cerca del riesgo bajo (25-50 /100.000 habitantes/14 días). Entonces ¿por qué es necesaria una tercera dosis?

En personas completamente vacunadas, cuando se miran los datos, se observa que hay una caída de la protección inmunológica con el tiempo, con la eventual aparición de infección por coronavirus, que en la inmensa mayoría de los casos no requiere hospitalización. Por tanto lo más probable es que el régimen ideal sea una primera inyección, después de tres o cuatro semanas la segunda y después de más de seis meses una tercera dosis.

 El Centro de Control de enfermedades americano (CDC) ha recomendado basado en múltiples estudios propios un “booster” o tercera dosis en personas que recibieron la segunda inyección de Pfizer hace al menos seis meses y cumplen una serie de condiciones:  mayores de 65 años, personas en riesgo y ciertas profesiones como sanitarios y otros trabajadores con  contacto público. Es una recomendación algo limitada en opinión de muchos expertos que consideran que debe aplicarse a la población general   

¿Entonces los que no entran en estos grupos estarían en desventaja? Pues no, porque con dos inyecciones (y una los de Janssen) todos estamos hipotéticamente altamente protegidos frente a enfermedad severa. Mientras estamos observando que los anticuerpos disminuyen con el tiempo, las células B y T de memoria son clave para garantizar una inmunidad protectora de larga duración. No obstante la realidad es que cuando se observa una reducción en una cohorte de pacientes de la cantidad de anticuerpos, es recomendable una dosis de recuerdo. Esa tercera dosis eleva de forma muy importante el nivel de anticuerpos y seguramente aumente la duración de la protección mucho más. Esperemos que no tengamos que vacunarnos de nuevo cada 8 meses o anualmente pero en este momento lo ideal es recibir una tercera dosis.

La tercera dosis induce más protección contra la infección y la enfermedad sintomática en personas de riesgo alto de enfermedad severa. Ya hemos comentado que en un estudio en 1.14 millones personas mayores de 60 años en Israel publicado en New England Journal of Medicine, a los 12 días después de la tercera dosis de Pfizer, la infección se redujo 11.3 veces y la enfermedad severa con hospitalización 19.5 veces en comparación con aquellos que no recibieron esa tercera dosis. Resultados a finales de septiembre 2021 demuestran que de cada 100.000 habitantes, presentaban infección severa con hospitalización 174 no vacunados, 34 vacunados con doble dosis y tan sólo 3 con doble dosis y una tercera de recuerdo. La tercera inyección no presenta efectos segundarios diferentes a las dos primeras

Es interesante considerar que los estudios en marcha apuntan a que las vacunas basadas en ARNm (Pfizer, Moderna) son candidatas ideales para dosis adicionales, tanto en términos de seguridad como de inmunogenicidad, independientemente de la vacuna que recibieron con anterioridad.  Es decir que personas vacunadas con Janssen o AstraZeneca podrán recibir una tercera dosis de vacuna de Pfizer o Moderna.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA), ha recomendado ayer día 4 de octubre, una dosis de refuerzo de Pfizer (independientemente de la vacuna recibida con anterioridad) también para la población general mayores de 18 años a partir de los seis meses de la segunda inyección. Es decir luz verde a la revacunación universal a los mayores de edad, con independencia de su estado de salud o de si se trata de colectivos más o menos expuestos al virus. Una decisión que será competencia de las autoridades sanitarias de cada país.

Viene el invierno y las mascarillas en interiores, bien ventilados, continúan siendo muy importantes.   La población de riesgo y los sanitarios han de vacunarse de la gripe. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) americano y otros países ratifican la viabilidad de la vacunación simultánea contra la covid-19 y la gripe separadas en ambos brazos.

Aquí estoy, esperando con los brazos abiertos.